Os obsequio con algunos útiles consejos para que practiquéis vuestra asertividad:
- Llamemos “incidencias” a las chapuzas.
- Convirtamos los conflictos en “retos”.
- Transformemos la “insensatez” en “enfoque innovador”.
- No manipulemos: “manejemos emociones”.
- No hablemos de incultura, sino de “alto conocimiento técnico especializado”.
- Y por último, una reflexión muy personal: si un lerdo es un eterno curioso, ¿por qué la ignorancia no puede llamarse “curiosidad”?
A todos y a todas, siempre, gracias.
John, soy Hannah. No sé qué ocurre, pero blogger no me permite dejar un comentario con mi cuenta. Sólo quería decirte que el lenguaje asertivo evita muchos conflictos.
ResponderEliminarUn besito
Se te ha olvidado uno: llamémosle amor cuando queremos decir sexo, jejeje.
ResponderEliminarUn besito muy, muy especial, John.
Daisy Lee siempre dando la nota...
ResponderEliminarBuenos consejos, John!
Definitivamente, los conflictos cambian mucho de punto de vista si se les llama retos.
ResponderEliminarBien hecho, John!
Ser asertivo...ese el mi objetivo.
ResponderEliminarUn saludo admirado, John
Siempre admirable, señor Hall. Quiero que sepa que intento ser todo lo asertiva que puedo dentro de mis límites.
ResponderEliminarUn saludo cargado de afecto
Radical pero práctico, como siempre!
ResponderEliminarUn abrazo, colega!
Actualmente estoy haciendo un curso en la Century Business University. Es fascinante.
ResponderEliminarUn saludo
Soy Tom
Desde luego, john, lo de manejar emociones se te da muy bien.
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